El ingreso de Miguel Ángel Yunes Márquez a Morena ha generado una fuerte oposición interna, encabezada por la gobernadora de Veracruz, Rocío Nahle, y respaldada por diversos legisladores. La afiliación del exmiembro del PAN ha avivado el debate sobre los principios éticos del partido, en el que figura el lema «no mentir, no robar y no traicionar». La controversia se intensificó cuando Nahle y el gobernador de Oaxaca, Salomón Jara, llamaron a la Comisión de Honestidad y Justicia de Morena a rechazar la incorporación de Yunes, argumentando su pasado envuelto en acciones polémicas. Claudia Sheinbaum, desde su posición presidencial, promovió el debate, mientras se desvinculaba de la decisión final, enfatizando que corresponde al partido mantener su unidad y principios. Al mismo tiempo, Morena intensifica su estrategia para alcanzar su meta de 10 millones de afiliados, apoyándose en el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), cuyo líder prometió sumar a 1,5 millones de miembros. Esta estrategia refleja una práctica heredada del PRI para aumentar la base de militancia del partido.
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