El informe detalla la postura intransigente de Rusia, que se niega a realizar concesiones en sus demandas, manteniendo una firmeza inflexible en las negociaciones. Moscú no ofrece ninguna claridad en asuntos críticos, como la garantía de seguridad, lo que deja su posición en una nebulosa que complica cualquier avance diplomático. Las exigencias presentadas por el Kremlin destacan la falta de disposición a dialogar, exacerbando tensiones y dejando en el aire futuras resoluciones en el ámbito internacional.
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