En 2025, el panorama de los fondos cotizados (ETF, por sus siglas en inglés) en Europa está experimentando un crecimiento sin precedentes, alcanzando cifras históricas en activos bajo gestión (AUM). Este año surge como un hito para el sector, con flujos de capital que superan cualquier registro anterior y un interés notable tanto de inversores institucionales como particulares.
Hasta agosto, los ETF europeos lograron acumular activos por 2.87 billones de dólares, superando el récord anterior de 2.76 billones de dólares de tan solo un mes antes. Este crecimiento de más del 26% respecto a enero evidencia el dinamismo del mercado, con capital moviéndose rápidamente hacia estos instrumentos financieros. En la primera mitad de 2025, las entradas netas de capital superaron los 176,000 millones de dólares, destacando el sector de renta variable como el principal receptor de estas inversiones. Este patrón mantenido por más de 30 meses refleja un interés sostenido en los ETF europeos.
Detrás de este aumento está un conjunto de factores, entre los que se destaca el creciente interés de inversores estadounidenses por diversificar fuera de su mercado local. Solo en el primer trimestre del año, el flujo de capital procedente de Estados Unidos hacia los ETF europeos alcanzó los 10,600 millones de dólares, subrayando un claro aumento respecto al año anterior. Además, un cambio de enfoque en Europa hacia sectores como la defensa, infraestructuras y energías renovables, junto con políticas fiscales atractivas en países como Alemania, han potenciado este interés.
A pesar del auge, expertos advierten sobre los riesgos asociados a invertir en ETF, como posibles cambios regulatorios, fluctuaciones en los tipos de cambio y diferencias en las metodologías de réplica de activos. Aunque el momento actual representa una atractiva oportunidad para quienes buscan una estrategia de inversión global, es crucial llevar a cabo análisis exhaustivos y no pasar por alto los posibles riesgos.
En síntesis, este repunte de los ETF europeos en 2025 pone de manifiesto un cambio significativo en el comportamiento de los inversores y destaca las potencialidades y precauciones de operar en un mercado en constante evolución.