Los inversores activistas han intensificado su influencia en las empresas cotizadas a nivel global, impulsando cambios en las cúpulas directivas y en las dinámicas de gobernanza, según un informe de Georgeson. Estados Unidos mantiene el liderazgo en activismo accionarial, seguido por Japón, que ha visto un incremento debido a reformas regulatorias y la intervención de fondos extranjeros. En Europa, el Reino Unido es el epicentro de estas actividades, cambiando hacia un enfoque colaborativo con inversores institucionales. Aunque España tiene menos casos, se anticipa un aumento en campañas activistas, influenciado por políticas económicas globales y volatilidad en los mercados.
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