En el marco del controvertido ‘caso Koldo’, el individuo bajo investigación ha expresado públicamente su preocupación por la seguridad personal y la de su familia, afirmando que cualquier incidente que pudieran sufrir debería ser atribuido al gobierno y, en particular, al presidente. Este pronunciamiento añade una capa de tensión al caso, sugiriendo un posible trasfondo político en las amenazas percibidas, y subraya el clima de desconfianza en torno a las instituciones gubernamentales implicadas. La declaración del investigado resalta las complejidades del caso y las potenciales implicaciones que podrían derivarse de un desenlace desfavorable para su integridad física y la de sus allegados.
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