La incertidumbre laboral afecta a casi 4.000 empleados de una central nuclear cuyo cierre está previsto para 2027 y 2028, cuando sus dos reactores dejarán de operar. Esta situación genera preocupación en el personal, que depende de la continuidad de la planta para mantener sus puestos de trabajo. La decisión de clausura forma parte de un plan de desmantelamiento cuyo impacto económico y social preocupa tanto a los trabajadores como a la comunidad local.
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