El próximo 30 de septiembre de 2025, AOL cerrará finalmente su emblemático servicio de internet dial-up, marcando el fin de una era tecnológica que democratizó el acceso a internet para millones de personas alrededor del mundo.
La historia de AOL comenzó en 1983 cuando Steve Case se unió a Control Video Corporation (CVC). En 1985, tras su colapso, Case junto con Jim Kimsey y Marc Seriff refundaron la empresa como Quantum Computer Services, rebautizada en 1989 como America Online (AOL). Su misión era clara: «conectar a América en línea».
En los años 90, AOL se convirtió en un gigante de las telecomunicaciones al introducir sus propias direcciones de correo electrónico y un acceso a internet cada vez más amplio. Con una agresiva campaña de marketing de discos de prueba, AOL alcanzó más de 30 millones de suscriptores. Sin embargo, la histórica fusión con Time Warner en 2000, valorada en $164 mil millones, y la posterior caída del mercado mostraron un crecimiento insostenible.
A medida que la tecnología avanzaba, el declive del dial-up era inevitable. Con el surgimiento del broadband y la conectividad móvil, los usuarios comenzaron a buscar alternativas más rápidas y estables. Aunque AOL intentó adaptarse, su base de suscriptores fue disminuyendo drásticamente.
El cierre del servicio afectará particularmente a comunidades rurales donde las opciones de broadband aún son limitadas o costosas. Aunque existen alternativas como internet satelital, estas conllevan otros desafíos.
El legado de AOL no se mide solo en cifras. Fue pionera en redes sociales, ofreciendo foros y mensajería instantánea que sentaron las bases de la interacción digital contemporánea. Muchos todavía recuerdan con nostalgia el sonido del módem conectándose y los emblemáticos CD’s que inundaron los hogares.
Mientras se cierra este capítulo, la transición hacia nuevas tecnologías continúa. La inversión en infraestructura rural busca cerrar la brecha digital, prometiendo un futuro donde internet de alta velocidad se convierta en una realidad accesible para todos.
El cierre de AOL no solo marca la despedida de una tecnología, sino el final de una etapa donde la conexión a internet comenzó a formar parte integral del tejido social. A partir de aquí, la historia digital sigue su curso, modelada por las innovaciones y las demandas del mundo moderno.