Ante la persistencia de bajos tipos de interés en España, numerosos ahorradores están considerando la opción de abrir depósitos bancarios en el extranjero como una vía para conseguir una mejor rentabilidad. Esta tendencia surge en el contexto de la oferta de tipos de interés más atractivos por parte de bancos en otros países europeos. A modo de ejemplo, mientras que la tasa media de interés en España se sitúa en torno al 0,03% anual, en naciones como los Países Bajos o Italia, los tipos pueden alcanzar el 1%, lo cual se traduce en mayores beneficios para el mismo monto de inversión.
No obstante, la inversión en depósitos fuera del país no está exenta de riesgos. Pese a que los depósitos en la Unión Europea disfrutan de la protección de una garantía de hasta 100.000 euros por titular y entidad, las diferencias entre países en la gestión de estos fondos de garantía, la solvencia de los bancos y la estabilidad económica del país de destino son factores que deben ser cuidadosamente considerados. Adicionalmente, el riesgo de doble imposición emerge como una preocupación, dado que el país extranjero podría retener un porcentaje de los intereses, lo cual reduciría los beneficios netos, a menos que se gestionen adecuadamente los acuerdos existentes para evitar esta situación.
En el plano fiscal, abrir un depósito bancario en el extranjero no libera al inversionista de sus obligaciones tributarias en España. Los intereses generados por estos depósitos deben ser declarados en el IRPF, aplicando un tipo impositivo que varía entre el 19% y el 28% en función de las ganancias. Además, si el saldo total acumulado en estos depósitos supera los 50.000 euros, será necesario presentar el modelo 720 ante la Agencia Tributaria, un trámite informativo cuyo incumplimiento acarrea sanciones.
Finalmente, es crucial considerar que cualquier inversión en el extranjero puede verse afectada por cambios regulatorios o fluctuaciones en los tipos de cambio, especialmente si se invierte fuera de la zona euro. Pese a la seguridad que ofrecen los depósitos en la Unión Europea, la volatilidad del mercado y las posibles complicaciones legales aconsejan llevar a cabo un análisis detallado y comparar cuidadosamente antes de tomar cualquier decisión de inversión.