En 2024, el impacto del Internet de las Cosas (IoT) en la Unión Europea alcanzó niveles sin precedentes, con el 70,9% de la población utilizando dispositivos conectados. Esta tendencia refuerza la creciente integración de la tecnología en la vida diaria de los europeos, transformando sus hogares en espacios más inteligentes.
Liderando esta ola de conectividad, los Países Bajos destacaron con un 94,8% de usuarios de dispositivos IoT, seguidos de cerca por Irlanda (90,6%) y Dinamarca (87,0%). No obstante, en países del este de Europa, la adopción es menos robusta; Polonia, Bulgaria y Rumanía reportaron cifras de 46,1%, 50,8% y 56,6%, respectivamente.
Entre los dispositivos preferidos, los televisores inteligentes encabezan la lista, utilizados por el 57,9% de la población. Los relojes inteligentes y rastreadores de fitness también ganan terreno con un 29,9% de usuarios. Además, un 19,5% de los encuestados utiliza consolas de videojuegos y un 19,3% emplea sistemas de audio conectados. Los asistentes virtuales en altavoces inteligentes alcanzan una penetración del 16,0%.
En cuanto a la automatización del hogar, este ámbito sigue en desarrollo. Los sistemas de gestión de energía conectados son usados por un 14,2%, mientras que los electrodomésticos inteligentes y dispositivos de seguridad doméstica tienen una adopción del 12,8% y 11,8% respectivamente. Los automóviles con conexión inalámbrica reciben un uso del 10,5%, los dispositivos de salud del 7,9% y los juguetes conectados apenas un 2,3%.
Estos datos ponen de manifiesto no solo una tendencia general hacia la interconexión, sino también significativas diferencias regionales en la adopción tecnológica. Este panorama plantea preguntas sobre el futuro de la innovación y la conectividad en el continente, y cómo estas variaciones afectarán su desarrollo.
