El ataque ruso contra Kiev ha dejado 14 muertos, incluidos tres menores, como confirmaron las autoridades ucranianas. El bombardeo impactó en edificios residenciales y causó daños en infraestructuras como un centro comercial y la sede de la Unión Europea en Ucrania. La Fuerza Aérea ucraniana informó que interceptaron la mayoría de los drones y misiles lanzados por Rusia. La comunidad internacional reaccionó fuertemente, con el presidente Pedro Sánchez condenando el ataque como una «violación flagrante del derecho internacional» y Volodímir Zelenski denunciando el continuo ataque a civiles. Ursula von der Leyen calificó el acto como un «crimen de guerra».
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