Los rebeldes sirios han logrado avances significativos en su ofensiva, tomando la ciudad estratégica de Homs y acercándose peligrosamente a Damasco. Este progreso ha sorprendido tanto a los aliados de Bashar al-Assad, como Rusia e Irán, como a Estados Unidos e Israel, que han apoyado indirectamente a los rebeldes en el pasado. La ofensiva, liderada por el grupo Hayat Tahrir al-Sham, ha provocado la retirada de parte del ejército sirio y ha dejado solo tres de las 14 capitales de provincia bajo control del régimen. En respuesta, Rusia ha intensificado sus ataques aéreos para frenar el avance rebelde. La situación ha generado preocupación internacional, con un llamado urgente de la ONU para buscar una solución política. Mientras tanto, en Damasco, los civiles intentan abastecerse de víveres, muchos huyendo hacia Líbano en medio de la incertidumbre y escasez de productos básicos.
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