Emmanuel Macron y su esposa Brigitte continúan con su tradicional descanso veraniego en Brégançon, en la Riviera francesa, pese a la agitación política y los Juegos Olímpicos. Durante estas «trancances» —combinación de trabajo y vacaciones—, Macron alterna momentos de relax con su familia y amigos, con sus deberes presidenciales, como el monitoreo de crisis internacionales y la seguridad de los Juegos. Aparte de su presencia activa en las competiciones olímpicas, también mantiene contacto constante con su gobierno. La vuelta a su agenda oficial, prevista para el 12 de agosto, estará marcada por decisiones cruciales sobre el futuro del gobierno y nuevas alianzas políticas, en medio de una crisis política tras el ascenso de la extrema derecha y la débil mayoría del Nuevo Frente Popular en las elecciones legislativas.
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