El Banco Bilbao Vizcaya Argentaria (BBVA) ha completado la migración de su plataforma de datos ADA (Analytics, Data, AI) a Amazon Web Services (AWS), abarcando sus operaciones en Europa y Uruguay. Este logro representa un avance crucial en la estrategia digital del banco, planteando al mismo tiempo interrogantes sobre la influencia de las empresas europeas en la transformación tecnológica del continente.
La migración comenzó en febrero de 2023 con el propósito de optimizar el uso de recursos de cálculo de alto rendimiento para aplicaciones críticas como evaluación de transacciones complejas, análisis de riesgos y cumplimiento normativo. BBVA ha trasladado en menos de dos años decenas de miles de procesos y miles de usuarios a AWS, logrando una notable reducción del 94% en la latencia de sus entornos analíticos.
Ahora sustentada en la infraestructura de AWS, la plataforma ADA no solo ha mejorado el rendimiento de los sistemas internos sino que permite escalar recursos según la demanda. Esta transición ha sido clave para afianzar la posición de BBVA como líder en el uso democratizado de datos dentro del sector financiero. Carlos Casas, director global de ingeniería de BBVA, resaltó el compromiso del banco con la innovación y su enfoque hacia un liderazgo global en la transformación digital del sector bancario.
Impulsada por el éxito en Europa y Uruguay, BBVA planea expandir la utilización de ADA a México, Colombia, Perú y Argentina en 2025. La infraestructura flexible y escalable de AWS ha sido esencial en este proyecto, según Scott Mullins, director general de servicios financieros de la firma estadounidense, quien destacó el carácter pionero de ADA en la adopción de tecnología en la nube por parte de la banca.
Sin embargo, esta migración tecnológica también resalta un fenómeno preocupante: la creciente dependencia de Europa de empresas estadounidenses para satisfacer necesidades tecnológicas críticas. Con AWS y otros gigantes como Google Cloud dominando el mercado de infraestructuras en la nube, las empresas europeas que podrían ofrecer soluciones similares quedan relegadas.
Elegir proveedores americanos implica un drenaje de talento y capital hacia Estados Unidos, fortaleciendo su hegemonía tecnológica y dejando a Europa en una dependencia. Este patrón no se limita a BBVA; otras grandes financieras europeas, como Danske Bank y The Co-operative Bank, también han optado por alianzas con AWS.
Europa posee empresas tecnológicas capaces de ofrecer servicios avanzados en la nube, pero la constante preferencia por proveedores estadounidenses debilita el ecosistema tecnológico europeo. En vez de fortalecer la colaboración entre firmas locales y promover un ámbito de soberanía tecnológica, las decisiones actuales perpetúan una dinámica que podría tener severas repercusiones económicas y estratégicas.
Si esta tendencia continúa, Europa podría enfrentar un futuro en el que la innovación tecnológica esté fuera de su control, limitando la capacidad de las empresas europeas para competir y prosperar. Aunque la migración de BBVA a AWS simboliza eficiencia y modernización, también realza la urgencia de revisar las prioridades tecnológicas en Europa para asegurar que el progreso digital beneficie a la región y no solo a corporaciones extranjeras.