El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, visitó la reserva indígena de Gila River en Arizona para ofrecer una disculpa histórica a los nativos americanos por el sufrimiento causado por el sistema federal de internados, utilizado durante décadas para asimilar a los niños indígenas a la cultura blanca. Biden reconoció la política como una «mancha en la historia estadounidense» y lamentó que la disculpa haya tardado 50 años en llegar. La visita fue motivada por una investigación que reveló la muerte de al menos 973 niños indígenas en estos internados, aunque se estima que la cifra real es mayor. Este acto de contrición también tiene un trasfondo electoral, ya que Arizona es crucial para los demócratas y cuenta con un significativo electorado nativo que tradicionalmente les apoya. Además, se avecinan elecciones en las que Jonathan Nez, un nativo americano, busca representar a Arizona en el Congreso.
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