A pocos días de dejar el cargo, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, ha decidido retirar a Cuba de la lista de países patrocinadores del terrorismo, argumentando que el país no ha apoyado estas actividades en los últimos seis meses. Esta decisión, que suaviza el embargo económico sobre la isla, incluye la suspensión temporal de medidas legales de la Ley Helms-Burton y la eliminación de restricciones a entidades cubanas en sus interacciones financieras con Estados Unidos. Estas acciones siguen las negociaciones entre Cuba y el Vaticano, que resultaron en la liberación de 553 presos. Sin embargo, el presidente cubano, Miguel Díaz-Canel, ha calificado las medidas de oportunas pero insuficientes, criticando que el bloqueo económico y otras restricciones de la era Trump todavía persisten. La Casa Blanca, a través de su portavoz Karine Jean-Pierre, ha reconocido el papel de la Iglesia Católica en facilitar estos desarrollos para mejorar las condiciones en Cuba. La decisión de Biden sorprende por su timing, a solo días de que Donald Trump recupere la presidencia, tras haber endurecido las políticas hacia Cuba durante su administración previa.
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