Anualmente, el complejo lleva a cabo un simulacro para preparar a sus ocupantes ante la eventualidad de un siniestro. Esta práctica busca garantizar la seguridad y eficacia en la respuesta de emergencia, alineándose con los protocolos establecidos. Los participantes revisan procedimientos y mejoran la coordinación, lo cual es fundamental para reducir riesgos y minimizar el impacto en caso de un evento real.
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