El partido entre el Leganés y el Atlético de Madrid en el estadio de Butarque culminó en controversia tras una decisión del VAR que otorgó un penalti al equipo visitante en el minuto 88, lo que desató tensiones entre los banquillos. Tras un saque de esquina, el balón impactó en el brazo de Sergio Gómez, y después de revisar la jugada, el árbitro Melero López otorgó la pena máxima, lo que provocó airadas protestas de Boris Jiménez, técnico del Leganés, hacia el cuerpo técnico del Atlético. Sin embargo, Antoine Griezmann falló el penalti, dejando al Atlético sin salvar el empate ni mantener el liderato de la Liga. Jiménez posteriormente se disculpó por su comportamiento durante el incidente, señalando que no representaba su verdadera intención.
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