La creciente popularidad de los vinos sin alcohol, o 0,0, está redefiniendo el panorama vinícola, con un aumento triplicado de adeptos desde 2019. A pesar de la resistencia inicial en el sector de la hostelería, estos vinos están ganando presencia en grandes superficies, impulsados por consumidores cada vez más conscientes de su salud y movimientos como el «dry January». En España, más del 70% de estos vinos se venden en el extranjero, y Estados Unidos y Europa están liderando el camino con un notable crecimiento del mercado. Grandes bodegas, como Matarromera y Familia Torres, han apostado por este nicho, desarrollando productos que priorizan la calidad, siendo los espumosos los más destacados. Aunque no pretenden imitar a los vinos tradicionales, los vinos desalcoholizados se presentan como una opción alternativa y refrescante para aquellos que buscan reducir el consumo de alcohol, sin renunciar al placer de una buena copa.
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