Más de 250 migrantes venezolanos deportados irregularmente a El Salvador desde Estados Unidos han generado tensiones diplomáticas, con el presidente salvadoreño, Nayib Bukele, proponiendo un intercambio de «presos políticos» con su homólogo venezolano, Nicolás Maduro. La oferta fue rechazada por Caracas, que calificó la propuesta de cínica y exigió la liberación inmediata de estos migrantes, detenidos en el Centro de Confinamiento del Terrorismo. El fiscal general de Venezuela, Tarek William Saab, denunció la situación y criticó el uso de los deportados como moneda de cambio. Los familiares de los detenidos han rechazado las acusaciones que vinculan a los migrantes con la organización criminal Tren de Aragua. Mientras tanto, figuras de la oposición venezolana enfrentan críticas por su postura ante esta crisis, en medio de un clima político ya tenso tras las recientes elecciones presidenciales en Venezuela. Diversas organizaciones de derechos humanos han señalado violaciones dentro de las cárceles salvadoreñas desde que Bukele asumió la presidencia.
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