La gestión del agua en Canarias está dando un salto cuantitativo y cualitativo con la inauguración del mayor centro de datos del sector en el Archipiélago. Ubicado en el Instituto Tecnológico y de Energías Renovables (ITER) de Tenerife, esta infraestructura de la compañía Canaragua promete transformar la manera en que el agua es administrada, impactando positivamente a más de 1,5 millones de personas en 17 municipios.
En este contexto de creciente digitalización y frente a los desafíos del cambio climático, el centro de datos conectará en tiempo real más de 100,000 dispositivos inteligentes. Esta comunicación constante permitirá una supervisión predictiva y dinámica de todo el ciclo del agua, optimizando desde la captación hasta el consumo final.
Desarrollado en colaboración con Velorcios Group, este proyecto se articula dentro del compromiso de la empresa —y del grupo Veolia, al que pertenece— de modernizar los servicios públicos esenciales. Dinapsis Canarias, la división tecnológica de Canaragua, será la encargada de la operación y evolución del ecosistema digital, asegurando que el sistema se adapte constantemente a las necesidades emergentes.
Un aspecto crucial de esta infraestructura es su capacidad para actuar como un nodo de control y análisis. Integrando información de sensores, estaciones de bombeo y otros sistemas, el centro mejorará la eficiencia operativa, anticipará incidentes y reducirá pérdidas, garantizando un suministro resiliente que responda adecuadamente a las nuevas exigencias climáticas.
Además, el impacto del centro se extenderá más allá del suministro doméstico, ofreciendo soporte a sectores estratégicos de Canarias como la agricultura, la industria y el turismo. En un territorio con recursos hídricos limitados, disponer de una gestión centralizada e inteligente es esencial para un uso sostenible y adaptativo del agua.
Este avance se presenta en un momento crítico, coincidiendo con una emergencia tecnológica en el Archipiélago. Canaragua, con su apuesta por esta tecnología, refuerza su compromiso con el presente y el futuro de la región, al tiempo que posiciona a Canarias como un laboratorio de gestión hídrica avanzada.
La elección del ITER como sede no es casual, dado su simbolismo en innovación energética y medioambiental. El centro pretende ser una referencia internacional, exportando modelos de gestión inteligente a otros territorios con desafíos similares.
La nueva infraestructura representa, en esencia, una revolución silenciosa en la gestión de un recurso vital. Su capacidad para detectar fugas automáticamente, ajustar presiones según la demanda y optimizar el consumo energético, coloca a Canarias, y particularmente a Tenerife, en la vanguardia europea de la gestión hídrica inteligente.