El Gobierno de Cataluña, liderado en coalición por Junts, ha decidido dejar vacante la figura institucional creada en 2004 por el entonces presidente de la Generalitat, Pasqual Maragall. Esta decisión marca un cambio significativo en la administración catalana, que opta por prescindir de un cargo simbólico que había mantenido presencia desde su establecimiento. La medida se interpreta como un ajuste en la estructura gubernamental, alineado con las prioridades actuales de Junts en la gestión autonómica.
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