El reciente Informe Europeo de Pagos de Consumidores de Intrum ha puesto de manifiesto un fenómeno poco mencionado pero extendido en España: el sentimiento de culpa relacionado con el gasto en regalos y caprichos. Con un 40% de españoles confesando que se sienten culpables cuando se exceden en sus compras para otros, el país se posiciona como uno de los líderes en este tipo de preocupación a nivel europeo, solo superado por Grecia. Este porcentaje supera ostensiblemente la media europea, situada en un 33%.
Esta carga emocional de los consumidores españoles se agrava al considerar las compras personales. Un destacable 54% de los encuestados admite sentirse mal al gastar más de lo planeado, en comparación con el promedio europeo del 45%. Este dato adquiere mayor relevancia al coincidir con la temporada navideña, una época tradicionalmente vinculada al aumento en el consumo de regalos, ocio y alimentación. El desafío para muchas familias españolas reside en mantener un control sobre el presupuesto ante las tentaciones comerciales, situación que no solo impacta su salud financiera, sino que también genera un malestar emocional palpable.
España aparece en el informe como el segundo país con mayores índices de culpa en el gasto personal y en regalos. Mientras tanto, países como Italia, Reino Unido y Alemania muestran porcentajes algo menores, alrededor del 36% y 32%, respectivamente. En el otro extremo, Austria, Dinamarca y Suecia están entre las naciones con menores niveles de preocupación, con cifras en torno al 26%, destacándose Suiza con un mínimo del 20%.
La presión económica se siente de manera más intensa en las generaciones más jóvenes, especialmente en la Generación Z, donde el 46% experimenta culpa al gastar en otros y un alarmante 67% en compras personales. Aunque Millennials y la Generación X también presentan altos índices de preocupación, estos son menos pronunciados, reflejando las dificultades económicas y sociales de las nuevas generaciones.
El informe también destaca un aumento en las compras no planificadas en tiendas físicas, con un 33% de los españoles reconociéndolo, influenciado por las irresistibles ofertas propias de las festividades. Este comportamiento no es exclusivamente ibérico, ya que a nivel europeo el fenómeno se sitúa en el 38%.
Ante la vorágine consumista que se vislumbra con las fiestas navideñas, Intrum sugiere una serie de medidas para gestionar los gastos: elaborar un presupuesto específico para regalos, hacer un uso estratégico de las ofertas, evaluar la necesidad de financiar compras y ajustar el gasto en función del análisis post-celebraciones. Estas recomendaciones están orientadas a ayudar a los consumidores a superar con éxito la temida «cuesta de enero» y conseguir una mayor estabilidad financiera.