La reciente movilización social refleja, de manera contundente, la necesidad imperiosa de defender el Estado del Bienestar, un pilar fundamental que se encuentra amenazado por el evidente deterioro de los servicios públicos. Esta realidad, que el Gobierno conoce, se manifiesta en la creciente insatisfacción popular frente a la ineficacia y desidia que afectan a diversas áreas esenciales como la Sanidad, la Educación, los Servicios Sociales y la Justicia.
Este descontento social no es casualidad; el deterioro de lo público está generando situaciones que van más allá de lo tolerable. Cada día, se hacen visibles los fallos en el sistema sanitario, donde la espera para recibir atención se convierte en una experiencia angustiante. Las aulas se encuentran en condiciones precarias, y la falta de recursos afecta directamente la calidad educativa. Asimismo, en un contexto de creciente presión climática, las catástrofes naturales, como incendios devastadores, ponen en evidencia la deficiencia de una gestión pública efectiva y preventiva.
La indignación de la ciudadanía también se manifiesta en la dificultad para acceder a trámites administrativos, un fenómeno que complica aún más la vida cotidiana de la población. Esta acumulación de frustraciones refleja un clima de desconfianza hacia las instituciones, que se traduce en un llamado a la acción colectiva. La respuesta de la sociedad actúa como un termómetro que mide no solo la calidad de los servicios públicos, sino también la satisfacción y el bienestar de las personas.
La defensa del Estado del Bienestar no es solo una necesidad, sino un imperativo moral que debe ser atendido con urgencia. La movilización social se convierte, por tanto, en un vehículo potente y necesario para exigir cambios, garantizar derechos y reclamar un compromiso real de los responsables políticos hacia la revalorización de lo público. En este contexto, es vital que la voz de la ciudadanía sea escuchada y que, en su respuesta, se produzcan acciones efectivas que busquen fortalecer un pilar esencial de nuestra sociedad.
Fuente: CCOO Andalucía.
