Washington amaneció este miércoles con calles semivacías, marcando el inicio del cierre del Gobierno de EE.UU., el primero en siete años. La falta de acuerdo entre republicanos y demócratas ha dejado a miles de empleados federales sin trabajo temporalmente, mientras el presidente Trump amenaza con más despidos. Turistas y pequeños negocios son algunos de los afectados, mientras museos como los Smithsonian permanecen abiertos temporalmente. En el Senado, ambos partidos se acusan mutuamente del bloqueo y buscan soluciones, aunque las negociaciones están en pausa por Yom Kippur. En medio de la polarización, servicios esenciales siguen operativos, pero el impacto varía según las agencias federales y sus funciones.
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