La carrera por la independencia tecnológica de China ha dado un paso significativo con la introducción del primer chip gráfico nacional fabricado con tecnología de 6 nanómetros. Lìsuàn Technology ha anunciado el encendido exitoso de su GPU G100, señalando resultados preliminares en pruebas de rendimiento.
El G100, basado en la arquitectura TureGPU, apunta a ofrecer capacidades avanzadas en gráficos y aceleración de inteligencia artificial. Su rendimiento planea competir con la gama RTX 4060 de NVIDIA, aunque por ahora se halla en fase de validación.
En GeekBench, el chip se registró con modestos resultados, mostrando 32 unidades de cómputo y una frecuencia base de 300 MHz, comparable a modelos más antiguos como la GTX 660 Ti. Estas cifras iniciales no son definitivas, considerando que representa una arquitectura completamente nueva, aún en proceso de optimización.
La escasa memoria dedicada detectada, de solo 256 MB, sugiere que se trata de una versión preliminar y no del modelo final. A pesar de estas limitaciones iniciales, el valor del G100 reside en su transcendencia estratégica. China busca reducir la dependencia de proveedores extranjeros en componentes clave, una tarea crítica en medio de restricciones de exportación impuestas por Estados Unidos.
Lìsuàn Technology está perfeccionando el G100 con la intención de ampliar su rendimiento, planeando pilotar entregas a clientes en verano y entrar en el mercado de estaciones de trabajo y servidores. Un lanzamiento oficial está programado para finales de julio, momento en el que se espera más información sobre controladores y proyectos de integración.
Aunque el G100 no rivaliza aún con los gigantes del sector, su desarrollo es un avance simbólico y estratégico para China. En un clima de tensiones tecnológicas globales, el logro de una GPU nacional con arquitectura propia podría marcar un nuevo capítulo para la industria de semiconductores del país.