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China y Google en el Epicentro de la Guerra Comercial de Trump: Impactos y Estrategias

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Donald Trump ha puesto en marcha su polémica estrategia de aranceles, una medida que ha sido duramente criticada por líderes políticos a nivel global. Entre los comentarios más destacados, el primer ministro polaco y presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, ha descrito esta maniobra como «el conflicto comercial más estúpido de la historia». La introducción de estos aranceles no parece beneficiar a ninguna de las partes implicadas, con consumidores y empresas como principales perjudicados.

La aplicación de aranceles es una táctica bien conocida de Trump, utilizada tanto para incentivar la relocalización de la producción hacia Estados Unidos como para ejercer presión en negociaciones geopolíticas. La reciente imposición de aranceles sobre la producción de chips en el extranjero amenaza con incrementar los precios tecnológicos globales, lo que podría repercutir negativamente en el consumo y reducir las ventas y los márgenes de ganancia de las compañías.

China, uno de los principales blancos de esta política, no ha tardado en responder con medidas de represalia. En una escalada del conflicto, el gobierno chino ha impuesto aranceles del 15% a las exportaciones estadounidenses de carbón y gas natural licuado, y del 10% a productos como petróleo, maquinaria agrícola y automóviles de lujo. Además, ha incluido a empresas como PVH Corp y la firma de secuenciación genética Illumina en su lista de entidades restringidas, implementando asimismo controles sobre la exportación de tungsteno, un recurso clave.

En un movimiento significativo, China ha iniciado una investigación antimonopolio contra Google, a pesar de que sus servicios de búsqueda están bloqueados en el país desde 2010. Esta investigación, aunque mayormente simbólica, representa una advertencia para otras empresas tecnológicas de Estados Unidos operando en China, reflejando la incertidumbre luego de la caída en las ventas del iPhone en el mercado chino y la situación inestable de TikTok en Estados Unidos. Beijing ha subrayado que la guerra de aranceles infringe las normas de la Organización Mundial del Comercio y lejos de resolver problemas internos de Estados Unidos, obstaculiza la cooperación económica bilateral.

La discordia también ha suscitado preocupaciones en Europa, donde los líderes se han reunido para discutir las implicaciones. Kaja Kallas, alta representante de la UE para Asuntos Exteriores, ha enfatizado que las guerras comerciales no producen ganadores y ha advertido que, si el conflicto escala, China podría salir beneficiada. El canciller alemán, Olaf Scholz, ha señalado que Europa podría responder con sus propios aranceles, mientras que el presidente francés, Emmanuel Macron, ha sido más enfático, indicando que Europa debe hacerse respetar y reaccionar si es atacada en el ámbito comercial.

El panorama se complica con la creciente tensión, aumentando la incertidumbre acerca del futuro del comercio global y dejando en el aire el impacto real de estas políticas en la economía mundial.

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