En un mundo hiperconectado, donde el ritmo de vida y las expectativas de productividad parecen nunca detenerse, la salud mental se erige como un pilar fundamental que requiere nuestra atención. Según diversos expertos, estamos viviendo en la sociedad más estresada de la historia, donde la constante inundación de información y la presión por aprovechar cada minuto de nuestro tiempo libre generan un estrés crónico que afecta de manera significativa nuestra salud mental.
Estos niveles persistentes de estrés mantienen el cortisol, la hormona del estrés, en auge. Según Carla Ramon, biotecnóloga y product manager de Solgar, este exceso puede desencadenar problemas de salud físicos, como dolores de cabeza y trastornos digestivos, y mentales, como ansiedad y depresión. En el marco del Día Mundial de la Salud Mental, los especialistas de Solgar han compartido medidas prácticas para gestionar mejor el estrés y mejorar nuestro bienestar.
El ejercicio diario se presenta como un aliado clave contra el estrés. Ya sea caminar, correr o practicar yoga, estas actividades físicas liberan endorfinas, mejor conocidas como las «hormonas de la felicidad», que promueven el buen ánimo y reducen la sensación de tensión. Asimismo, el deporte contribuye a despejar la mente y a mejorar la calidad del sueño, aspectos esenciales para una estabilidad emocional.
Otro factor influyente en la reducción del estrés es la correcta organización del tiempo. La planificación eficiente, estableciendo prioridades y dividiendo las tareas en secciones más manejables, ayuda a evitar el abrumamiento. Herramientas como agendas o aplicaciones de gestión del tiempo pueden ser fundamentales para mantener el orden y la concentración.
La alimentación también juega un papel crucial. Un régimen alimenticio equilibrado proporciona la energía necesaria tanto al cuerpo como a la mente. Se recomienda mantener una dieta rica en frutas, verduras y proteínas, además de alimentos que sean fuente de magnesio, como el arroz integral y las nueces, los cuales combaten el cansancio y favorecen el funcionamiento óptimo de nuestros procesos mentales y emocionales.
Desconectar de la tecnología emerge como un imperativo en la lucha contra el estrés moderno. Apartarse del constante flujo de notificaciones del móvil y las redes sociales, incluso por breves períodos diarios, puede mejorar la concentración y promover un tiempo de relajación a través de actividades como la lectura o los paseos al aire libre.
Finalmente, establecer una rutina de noche adecuada es vital para asegurar un descanso reparador. El sueño y el estrés están intrínsecamente relacionados, ya que la falta de descanso incrementa la tensión nerviosa. Meditar, evitar pantallas antes de dormir y regular la temperatura del dormitorio pueden mejorar significativamente la calidad del sueño. Además, el uso de plantas adaptógenas como la ashwagandha puede apoyar la relajación y estabilizar el ánimo durante momentos difíciles.
Abordar el estrés de manera integral y aplicar estos consejos puede ser la clave para resguardar nuestra salud mental en una época ciertamente desafiante.