En un clima político tenso, se anticipa el ascenso de Alberto Núñez Feijóo a la presidencia del Gobierno español, desplazando a Pedro Sánchez, descrito como políticamente acabado. La narrativa asegura que el PP supera al PSOE en apoyo popular, y Feijóo es retratado como un líder honesto y capaz de remediar los problemas atribuidos al gobierno actual. Se insta a Feijóo a revocar leyes del «sanchismo» y a aplicar políticas fiscales que reduzcan impuestos, en consonancia con la tradicional economía liberal del PP. Además, se subraya la necesidad de una política internacional sensata, restaurando relaciones con aliados clave y evitando asociaciones con regímenes cuestionables. Feijóo enfrenta el reto de revitalizar la derecha española, integrando algunas políticas de Vox para mantener al partido en la vanguardia política, esperando que su mandato supere las prácticas del actual gobierno y encamine a España hacia una estabilidad normativa y económica bajo la sombra de la Constitución.
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