Las manchas de tinta de bolígrafo y subrayador en documentos y libros pueden resultar un verdadero dolor de cabeza. Sin embargo, existen varios métodos caseros que permiten eliminarlas sin dañar el papel. Aquí te ofrecemos algunas técnicas sencillas y efectivas.
Una de las formas más accesibles para tratar estas manchas es mediante el uso de alcohol isopropílico. Solo necesitas humedecer un hisopo de algodón con el alcohol y aplicarlo con suavidad sobre la mancha. Es crucial ser delicado para que la tinta se disuelva y transfiera al hisopo. Tras el proceso, deja secar el papel y repite si es necesario.
La leche también puede ser una aliada en esta tarea. Al humedecer un trozo de algodón o un paño limpio con leche y aplicarlo sobre la mancha, la grasa de la leche ayuda a aflojar la tinta. Al igual que con el alcohol, evita frotar con fuerza para no dañar el documento.
Otro método efectivo es el uso de vinagre. Prepara una mezcla de partes iguales de vinagre blanco y agua. Humedece un paño con esta solución y aplícalo sobre la mancha, dejándolo actuar unos minutos. Luego, seca la zona con un paño limpio.
Para quienes prefieren opciones más naturales, el jugo de limón puede ser eficaz. Aplica algunas gotas sobre la mancha, deja reposar unos minutos y usa un paño humedecido para retirar el exceso. Además de ayudar a quitar la tinta, el limón deja un aroma agradable.
Es recomendable evitar métodos abrasivos como borradores o lana de acero, ya que pueden dañar el papel irreversiblemente. Antes de aplicar cualquier tratamiento, realiza una prueba en un área discreta del documento para asegurarte de que no habrá daños.
Aunque estos métodos no garantizan la eliminación completa de las manchas, constituyen excelentes alternativas para mejorar la apariencia de tus documentos y libros. Con paciencia y cuidado, es posible restaurar su aspecto original.