Estados Unidos enfrenta un nuevo cierre parcial del Gobierno debido a la falta de acuerdo entre demócratas y republicanos en el Congreso sobre los presupuestos federales. Este es el primer cierre en siete años, el último ocurrió en 2018 bajo el mandato de Donald Trump, con una duración récord de 35 días. Las propuestas de ambos partidos fueron rechazadas en el Senado, prolongando la paralización de servicios gubernamentales. El conflicto radica en las demandas demócratas de renovar subsidios del Obamacare y revertir recortes fiscales, mientras los republicanos solo están dispuestos a negociar tras aprobar la financiación. Aunque la mayoría republicana en el Senado necesita siete votos demócratas para avanzar, la falta de consenso mantiene a miles de funcionarios sin paga. En este contexto, la Casa Blanca evalúa reducir el tamaño de la Administración. Los cierres gubernamentales han sido recurrentes desde 1980, generalmente provocados por diferencias fiscales entre ambos partidos.
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