El nuevo libro de la ensayista Abigail Shrier ha generado una importante controversia, al atribuir la creciente epidemia de trastornos mentales en los jóvenes a la actuación de psicólogos y orientadores. Shrier critica la «crianza amable» y el enfoque excesivo en la ansiedad y los diagnósticos, argumentando que estas prácticas transmiten a los niños la noción de que hay algo inherentemente incorrecto en ellos. Su postura ha provocado un intenso debate sobre el papel que desempeñan los profesionales de la salud mental en el bienestar de las nuevas generaciones.
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