La reciente orden de detención contra el presidente suspendido de Corea del Sur, Yoon Suk Yeol, ha desatado un espectáculo mediático que intensifica la inestabilidad política en un país ya afectado por una crisis sin precedentes. Esta situación ha generado un profundo debate nacional sobre la legitimidad del proceso judicial y ha exacerbado las tensiones entre los diferentes sectores políticos y sociales. En medio de acusaciones cruzadas y manifestaciones multitudinarias, la población se encuentra dividida, y crecen las preocupaciones por el futuro inmediato de la democracia en la nación asiática.
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