En un acto sin precedentes en la UNAM, Lex Ashton, de 19 años, ingresó al CCH Sur de Ciudad de México con cuchillos ocultos en su mochila y mató a un estudiante de 16 años, generando un clima de inseguridad y pánico en la institución. La falta de controles de acceso en el campus, ubicado en una zona exclusiva pero vulnerable, quedó al descubierto. El ataque ha llevado a una serie de protestas estudiantiles y paros, con miles de estudiantes temerosos e instituciones en alerta por amenazas de violencia. Padres de familia y estudiantes critican la inacción previa ante advertencias sobre Ashton y denuncian fallas en el manejo de la seguridad y atención psicológica. La UNAM ha propuesto medidas para mejorar la seguridad, pero la comunidad universitaria sigue demandando respuestas efectivas y reformas inmediatas.
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