La reciente reforma del SEPE, introducida por el Real Decreto-Ley 2/2024, ha generado preocupación entre los desempleados, ya que implica una reducción progresiva en las prestaciones por desempleo. Aunque inicialmente se ofrece un 95% del IPREM durante los primeros seis meses, la cantidad disminuye al 90% a partir del séptimo mes y al 80% al cabo de un año, lo que puede resultar en una pérdida anual de alrededor de 1.080 euros. Además, la normativa ahora es más estricta: falta de notificación de ingresos adicionales, rechazar ofertas de empleo o cursos e incumplir obligaciones fiscales puede llevar a sanciones o incluso la pérdida total del subsidio. Aunque los mayores de 52 años están exentos de estos cambios, la reforma ha sido criticada por no abordar adecuadamente el problema del desempleo ni garantizar pensiones futuras dignas.
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