La muerte de Alberto Fujimori ha reavivado tensiones en Perú, dividiendo al país en torno a su controvertido legado. Mientras su hija Keiko, líder de Fuerza Popular, comunica la noticia, el gobierno muestra sus condolencias, aunque la presidenta Dina Boluarte se mantiene en silencio. Diversas figuras políticas, como Luz Salgado y Patricia Juárez, destacan su lucha contra el terrorismo y sus políticas económicas, mientras críticos como Indira Huilca recuerdan sus violaciones a los derechos humanos y su falta de arrepentimiento. El fallecimiento de Fujimori, a la misma edad y fecha que Abimael Guzmán, simboliza una cruzada histórica en la tragedia peruana. El gobierno enfrenta ahora decisiones sobre sus funerales, con la sombra de posibles protestas ciudadanas. En el ámbito internacional, no se han recibido condolencias, reflejando la controversia que sigue acompañando a la figura del expresidente.
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