El 7 de octubre de 2023, Israel fue sorprendido por un ataque masivo del grupo islamista Hamás, bajo la operación denominada «Inundación de Al-Aqsa». Esta ofensiva, la más amplia emprendida hasta la fecha, coincidió con la celebración judía de Simjat Torá y resultó en la muerte de más de 1.200 personas y el secuestro de 251 ciudadanos. En el transcurso de un año, el conflicto se ha intensificado en la Franja de Gaza, con un saldo trágico de más de 41,800 muertos y 96,800 heridos. Las autoridades israelíes, a pesar de haber recibido previamente advertencias de EE.UU. y Egipto, fueron sorprendidas por la escala del ataque. Hamás, respaldado por la Yihad Islámica, lanzó miles de cohetes y llevó a cabo incursiones por tierra, mar y aire, apuntando a múltiples objetivos, incluidos festivales y asentamientos kibutz. Israel respondió con la operación «Espadas de hierro», declarando el estado de guerra por primera vez desde 1973, y lanzó ataques aéreos sobre Gaza mientras Netanyahu advertía sobre graves consecuencias para Hamás.
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