Hace un año, un ataque claramente orquestado por el grupo militante Hamas dejó un saldo devastador de 1.200 personas asesinadas y 251 secuestradas, marcando la ofensiva más mortífera contra el pueblo judío desde la Segunda Guerra Mundial. Este acto de violencia exacerbó las tensiones en la región y generó un impacto profundo en la comunidad internacional, que sigue enfrentando las complejas implicaciones políticas y humanitarias derivadas del conflicto. A medida que se cumple este primer aniversario, las víctimas y sus familias continúan exigiendo justicia y el mundo reflexiona sobre la necesidad urgente de concretar soluciones que promuevan la paz y la estabilidad en la región.
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