Una iniciativa cultural en Sevilla está recordando el influyente papel de la ciudad como puerta de entrada del cacao en Europa, vinculado al comercio justo. La asociación de apoyo a la cooperativa Oikocredit en Andalucía ha organizado una serie de rutas culturales bajo el nombre «De la semilla a la tableta». Este programa busca resaltar el legado histórico de Sevilla en la introducción del cacao en el continente y su conexión con el comercio justo y la sostenibilidad.
El puerto de Sevilla fue el primer punto de llegada del cacao desde América en el siglo XVI, marcando una transformación clave en la historia alimentaria global. Estas rutas, que ya han tenido éxito en sus dos primeras ejecuciones, incluyen paradas significativas como La Cabeza de la Sultana y la tienda Oxfam Intermón Sevilla. Pretenden ilustrar la cadena de valor del cacao, enfocándose en su impacto social y ambiental, y señalando la importancia de modelos de comercio ético.
El proyecto, con el respaldo de entidades como la Fundación Más y Oxfam Intermón, busca despertar conciencia sobre las desigualdades en la producción del chocolate, destacando el respaldo de Oikocredit a cooperativas que promueven el comercio justo. Estas actividades culminan con degustaciones de chocolates y reflexiones sobre el impacto de las decisiones de consumo en los productores.
La Hermandad de Montserrat, fundada en el siglo XVI por catalanes relacionados con el comercio transatlántico, también es un elemento clave en esta narrativa. Aunque no se ha demostrado que comerciaran directamente con cacao, se presume que algunos miembros estuvieron implicados en su importación. Esta conexión histórica resalta la posición central de Sevilla en el comercio del chocolate, con el primer cargamento de cacao desembarcado en 1585.
Sevilla no solo fue un centro de comercio sino también de cultura chocolatera. En 1590, el jesuita José de Acosta mencionó por primera vez el «chocolate» en un escrito publicado en la ciudad. Las monjas sevillanas fueron cruciales en popularizar el chocolate caliente, que se convirtió en una parte esencial de la cultura local.
Esta serie de rutas culturales no solo apuesta por la revalorización de la historia del chocolate en Sevilla, sino también por una conciencia renovada sobre la sostenibilidad y la equidad en el comercio actual.
