A partir del próximo 1 de enero de 2025, el transporte de mercancías peligrosas estará regido por un nuevo conjunto de regulaciones que prometen elevar el estándar de seguridad en el manejo de materiales de alto riesgo. Estas actualizaciones incluyen la introducción de nuevos números de identificación ONU y directrices específicas para el transporte de baterías, destacándose por no ofrecer período de transición alguno para el transporte aéreo.
La firma DEKRA, reconocida por su experiencia en normativas de mercancías peligrosas, ha llamado la atención sobre la necesidad de que las empresas se preparen con antelación para estas modificaciones inminentes. Desde el principio del próximo año, las compañías que opten por el transporte aéreo deberán cumplir con las nuevas normativas sin demora, lo cual exige una revisión exhaustiva de sus procedimientos actuales.
En contraposición, las regulaciones para el transporte por carretera (ADR), ferrocarril (RID) y vías navegables interiores (AND) proveerán un respiro temporal hasta el 30 de junio de 2025. Durante estos seis meses, las empresas dedicadas a estos medios de transporte podrán adaptar gradualmente sus operaciones a los nuevos estándares, un tiempo crucial para realizar las transformaciones necesarias y garantizar el cumplimiento regulatorio.
Uno de los aspectos más relevantes de estas enmiendas son los rigurosos protocolos para las baterías de litio y sodio, elementos conocidos por su riesgo inflamable. Además, se desarrollarán directrices para vehículos eléctricos, alineando su manejo seguro con los parámetros internacionales. También se contemplan avances en la gestión de residuos, armonizando estos métodos con las normativas vigentes en mercancías peligrosas.
DEKRA, al frente de estos cambios, proporciona asesoría constante a la industria, asegurando que el periodo de transición se lleve a cabo de manera eficiente. Las nuevas normativas no sólo buscan mitigar riesgos, sino que, en determinados escenarios, podrían aliviar ciertos procedimientos logísticos en lugar de complicarlos. Ante el impacto que estas modificaciones podrían tener en la logística global, la preparación y la anticipación se presentan como las mejores aliadas para las empresas en esta transición hacia un transporte más seguro y regulado.
