El inicio del curso escolar trae consigo emociones y expectativas que van más allá del simple aprendizaje de materias. Hoy en día, la educación está enfocándose en la importancia de trabajar las emociones y la creatividad en las aulas. La Fundación Botín, con más de 20 años de experiencia, ha demostrado que integrar las emociones en el aprendizaje mejora el ambiente escolar y la confianza de los estudiantes. Proyectos como «Educación Responsable», implementados en más de 900 centros, promueven una educación integral que potencia no solo el conocimiento, sino también las habilidades emocionales y creativas. Además, el aprendizaje no termina en las aulas; en casa, experiencias cotidianas pueden transformarse en oportunidades de exploración y creatividad. La clave está en permitir a los niños descubrir, equivocarse y maravillarse en un entorno que valore sus ideas y potencie su creatividad.
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