En un contexto político tenso, se evidencia cómo los líderes emplean el lenguaje y la retórica para defender intereses partidistas y personales, especialmente en tiempos de crisis y cerca de elecciones. Esto se manifiesta en la controversia de la reforma laboral que enfrenta obstáculos en el Congreso, y en la reciente negativa del Senado a una Consulta Popular. Los excesos retóricos y legales llegan a extremos donde se distorsiona y rechaza lo que resulta obvio para muchos, resaltando la manipulación del discurso para fines políticos.
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