La primera cumbre de la OTAN bajo la presidencia de Donald Trump y la secretaría de Mark Rutte en La Haya se da en un contexto tenso, marcado por el conflicto entre Estados Unidos e Irán y el descontento de España con el aumento del gasto en defensa al 5% del PIB. Pedro Sánchez, presidente español, argumenta que su país puede cumplir con un 2,1%, lo que ha generado fricciones en la alianza. Al fondo, la retirada gradual de EE.UU. de Europa plantea desafíos para la OTAN, especialmente frente a la amenaza rusa. La necesidad de aumentar el gasto en defensa complica a varios países europeos, mientras Alemania se perfila como líder regional. La situación geopolítica obliga a la OTAN a redefinir su estrategia en Europa y Oriente Próximo, en un entorno de incertidumbre y cambios inminentes.
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