En Marruecos, el movimiento GenZ 212, formado por jóvenes desempleados y afectados por servicios públicos deficientes, mantiene su presión en las calles después de tres semanas de protestas masivas. Las demandas incluyen una mejor sanidad, educación y lucha contra la corrupción, con manifestaciones convocadas para el 18 de octubre en diversas ciudades. Este descontento social se ve exacerbado por filtraciones de Jabaroot que revelan el extravagante gasto de la corte real, generando incertidumbre en la monarquía y el gobierno. El régimen responde con represión, aunque la falta de acción concreta del rey Mohamed VI aumenta el clamor popular. Mientras tanto, las autoridades intentan manejar la situación mediante arrestos y concesiones limitadas, dejando al país en un estado de tensa espera entre reformas o resistencia.
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