En el ámbito internacional, cuerpos de seguridad recurren a vehículos de alta cilindrada para enfrentar actividades ilegales, tal como lo hizo Dubái con coches como el Bugatti Veyron y el Lamborghini Aventador. España, sin embargo, no sigue esta tendencia, y la reciente presentación del Lamborghini Huracán Serrato por la Guardia Civil, en colaboración con Radikal World, fue meramente un acto publicitario. Este automóvil, valorado en unos 300,000 euros, es utilizado por la empresa como un «espacio publicitario disruptivo» y no formará parte de la flota oficial. En contraste con países del Golfo, España no incorpora regularmente estos costosos superdeportivos en sus operaciones policiales.
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