El pan, omnipresente en la gastronomía, puede perder calidad si no se conserva adecuadamente. Para evitar que se endurezca, el congelador es una opción, pero el proceso debe hacerse correctamente. Envolver el pan en film transparente o en una bolsa de congelación hermética es esencial para prevenir la humedad que arruinaría su textura. Para lograr un pan crujiente al descongelar, dejarlo a temperatura ambiente o calentarlo en el horno a 180-200°C suele ser efectivo. Alternativas como la freidora de aire o el microondas también son válidas con ciertos ajustes, como humedecer ligeramente el pan. Este cuidado asegura disfrutar de un pan fresco y sabroso incluso días después de su compra.
Leer noticia completa en OK Diario.
