Las castañas, populares en otoño, requieren cuidado para mantener su frescura tras la compra a granel. El frío moderado, específicamente la refrigeración, es clave para preservar su sabor y textura por hasta un mes. Es esencial almacenarlas en cestos ventilados para evitar la condensación y el moho, garantizando un ambiente seco. Además, las castañas tienen un perfil nutricional comparable a los cereales, destacando por su contenido en carbohidratos complejos, fibra, minerales y vitaminas B y C. Su consumo moderado aporta energía y beneficios al sistema digestivo e inmunológico, siendo también aliadas del corazón gracias a su bajo contenido de grasas saturadas y bajo índice glucémico.
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