En una reciente entrega de la serie «Stop Censoring Abortion», la Electronic Frontier Foundation (EFF) ha destapado inquietantes prácticas de moderación de contenido relacionadas con el aborto en plataformas de redes sociales, enfocándose especialmente en Meta. Activistas, clínicas y organizaciones han visto cómo su contenido informativo sobre el aborto ha sido eliminado o marcado, incluso cuando su objetivo era solo educativo.
Uno de los descubrimientos más alarmantes de la EFF es que aquellos sin conexiones directas a Meta enfrentan importantes dificultades para recuperar su contenido. Esto incluye a la Red River Women’s Clinic de Minnesota, cuya cuenta fue suspendida por publicar información sobre los tipos de abortos que ofrecen. Esta acción limitó gravemente su capacidad para comunicarse con sus seguidores y compartir información esencial sobre salud reproductiva.
Por otra parte, RISE, un centro de investigación en salud reproductiva de la Universidad de Emory, vio su cuenta de Instagram suspendida y luego eliminada tras compartir contenido educativo sobre mifepristona. A pesar de que sus publicaciones cumplían con las políticas de información de salud, el proceso de apelación resultó ser largo y difícil. La cuenta fue restaurada solo después de recibir apoyo de contactos dentro de Meta.
Este fenómeno conocido como «Facebook Jail» ha creado un efecto disuasorio, donde el miedo a perder seguidores o contenido importante lleva a las organizaciones a ser más cautas al publicar. La falta de transparencia y la arbitrariedad en la moderación han subrayado la necesidad de un sistema más justo y eficaz que no dependa de contactos dentro de la plataforma. Pese a que Meta ha admitido casos de «sobreactuación» de sus políticas, surge la duda sobre la eficacia de sus compromisos con la libertad de expresión y el acceso a información vital sobre salud.
En un tiempo donde la salud reproductiva es foco de debate público, es crucial que las plataformas digitales implementen reformas que faciliten un diálogo abierto y accesible, asegurando que el acceso a información crítica no dependa de contactos privilegiados dentro de la empresa.
