Los test de personalidad, aunque no pueden reemplazar un análisis profesional, ofrecen una forma entretenida de explorar aspectos ocultos del carácter de una persona mediante preguntas sencillas. Un ejemplo es el test basado en elementos naturales: aire, fuego, agua y tierra. Las personas que se identifican con el aire tienden a ser cambiantes e independientes, mientras que aquellas que se sienten afines al fuego son impulsivas y temperamentales. Los que prefieren el agua son empáticos y sensibles, y quienes optan por la tierra buscan la estabilidad y son apegados a su familia. Estos ejercicios promueven el autoconocimiento y pueden ser reveladores sobre cómo pensamos y sentimos.
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