En un periodo donde la tecnología y la biotecnología avanzan velozmente, el Senado de Estados Unidos se enfrenta a decisiones críticas relacionadas con la legislación de patentes. Esta semana, el Comité Judicial del Senado deberá votar sobre el Patent Eligibility Restoration Act (PERA, S. 2140), un proyecto de ley que busca revertir las limitaciones impuestas en 2014 por la Corte Suprema con el caso Alice v. CLS Bank. Este fallo histórico impedía proteger con patentes ideas abstractas que simplemente añadían lenguaje informático genérico.
El fallo Alice, aunque no eliminó por completo los problemas del sistema de patentes ni redujo significativamente la actividad de los «trolls de patentes», permitió filtrar patentes de software ineficaces. Estas incluyen innovaciones en áreas como crowdfunding, seguimiento de paquetes y publicidad en línea. No obstante, el PERA no solo pretende revivir patentes cuestionables en tecnología, sino que también busca abrir la posibilidad de patentar genes humanos, un tipo de patente bloqueada por la Corte Suprema en 2013.
Además del PERA, está en agenda el PREVAIL Act (S. 2220), que podría restringir las impugnaciones del público contra patentes problemáticas. Estas impugnaciones han sido vitales para la revocación de patentes inválidas.
La oposición no se ha hecho esperar. La Electronic Frontier Foundation (EFF), junto con grupos de derechos de los pacientes, organizaciones de consumidores y startups, ha alzado la voz contra estas iniciativas legislativas. La preocupación radica en que ambas leyes proponen cambios radicales que podrían beneficiar a un pequeño grupo de titulares de patentes a expensas del interés público.
El llamado es claro: ciudadanos y creadores están urgidos a contactar a sus representantes, subrayando la importancia de rechazar estas propuestas. La aprobación de PERA y PREVAIL podría conllevar a un incremento en abusos del sistema de patentes, afectando tanto la innovación como el acceso a la tecnología y los derechos de los consumidores y ciudadanos. La atención del Congreso está puesta en este tema, y la decisión tendrá repercusiones significativas en el panorama de las patentes en Estados Unidos y más allá.