Un estudio de la Universidad de California en Los Ángeles (UCLA) y la Universidad de Columbia ha descubierto que el locus coeruleus, una región del tronco encefálico, actúa como un «botón de reinicio» en el cerebro, marcando el final de una vivencia y el inicio de la siguiente. Esta función ayuda a organizar los recuerdos en fragmentos diferenciados, similar a capítulos de un libro, evitando la confusión de experiencias. Durante los experimentos, cambios en los estímulos provocaron que los sujetos percibieran eventos separados, afectando su capacidad para recordar el orden de las imágenes. La investigación subraya cómo el estrés crónico puede alterar esta función, dificultando la distinción entre recuerdos al interferir con la señalización correcta del inicio y fin de eventos.
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